sábado, 2 de marzo de 2013

LA FORMACIÓN GEOLÓGICA DEL RELIEVE PENINSULAR



1.2  CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DEL RELIEVE PENINSULAR
-Forma maciza
-Elevada altitud media (660 mts.)
-Disposición periférica del relieve peninsular.

La Península Ibérica es una de las tres penínsulas meridionales europeas, la más occidental. La forma es casi de cuadrilátero de 1000 por 800 Kms. Forma maciza. La anchura de la Península, las costas rectilíneas y la disposición del relieve explican la escasa influencia del mar, dándole una dominante continental, al tiempo que crean una oposición entre la iberia interior (extensa, elevada y continental) y la Iberia periférica (más accesible y marítima)

Mesetas altas  y Montañas medias representan el 51% de la superficie, lo cual supone una elevada altitud media, no por las altas montañas, sino por las altas mesetas y montañas medias.

La situación excéntrica (SW) respecto a Europa y el hecho de que el istmo que la une a Francia sea montañoso y poco ex­tenso ha dado argumentos para afirmar que los Pirineos aíslan la Península de Europa.

Esta situación produce dificultades en la comunicación y comercio con Europa, pero los Pirineos no separan nada: las culturas vasca y catalana se encuentran a ambos lados de la cordillera. A su vez, los pasos montañosos han sido siempre accesibles.
Por otro lado, 14 Kms separan la Península de África. El estrecho parece más bien un puente de constante intercomunicación.

Gibraltar es el paso obligado y único que comunica el Atlántico con el Mediterráneo.

Como conclusión, podemos decir que la situación de la Península Ibérica crea dificultades de relación con Europa, tiende un puente entre Europa y África y se asoma entre dos mares. Esta situación no justifica la importancia que se la ha dado a su aislamiento ni a su papel de encrucijada.

2 LA FORMACIÓN GEOLÓGICA DEL RELIEVE PENINSULAR

El espacio ocupado por la P.I. es el resultado de una larga historia geológica que abarca desde los tiempos anteriores a la Era Primaria hasta los tiempos actuales.

En la Era Primaria o Paleozoico, en su etapa más lejana a nuestros días (Paleozoico Inferior), no existía todavía Europa, que estaba ocupada por el Mar de Thetis, rodeado al norte por un escudo continental arcaico (escudo báltico) en las actuales tierras escandinavas y limitado al Sur por el escudo africano. El primer plegamiento denominado Caledoniano no afectó a la actual Península Ibérica que siguió bajo el mar, a la vez que surgió ya parte de las Islas británicas. En ese fondo marino los movimientos orogénicos transforman y metamorfizan las arcillas convirtiéndolas en pizarras, y las arenas en cuarcitas, mues­tra del roquedo del cámbrico y silúrico.


En las últimas etapas del Primario (Devónico y Carbonífero) se estrechó el mar de Thetis, y la erosión fue depositando en el fondo nuevas capas sedimentarias, que son las calizas originadas por la acumulación de esqueletos de animales marinos. Precisamente al final de esta etapa es cuando se produce el plegamiento herciniano, que hace surgir del fondo marino el centro de Europa, Y las primeras tierras españolas (Macizo Galaico-Duriense). El clima lluvioso produce una vegetación exuberante de bosques y grandes helechos, que el agua de la erosión va sepultando, creando grandes bolsas de material orgánico que a través de millones de años darán lugar a la hulla. A la vez, se producen intrusiones magmáticas, que formarán el granito y al metamorfizarse el gneis.  El relieve que ha resultado del anterior plegamiento sufre poco a poco, un fenómeno de erosión que hace posible que al final del Paleozoico, las tierras españolas emergidas fueran una penillanura.




La era Secundaria o Mesozoico es de tranquilidad orogénica.  A veces el mar avanza inundando zonas y depositando materiales; otras veces retrocede erosionando y dejando lagunas. )Cuál es la situación Peninsular en este momento? Además de la Meseta ha emergido un macizo montañoso en la actual depresión del Ebro, quedando entre ambos un surco marino; lo que hoy son los Pirineos y el Sistema Bético eran entonces fosas marinas donde se fueron acumulando materiales, originando el roquedo secundario (arcillas, calizas secundarias, areniscas, margas, etc.).


La Era Terciarla se caracteriza por los movimientos orogénicos (plegamientos alpinos). Se hundió el macizo del Ebro, a la vez que el suelo duro de las rocas primarias se fracturaba (tectónica de fractura) y las rocas blandas del Secundario se plegaban con más o menos complicación (tectónica de plegamientos). Así surgía en la anterior fosa pirenaica, los Pirineos, y en la bética, los complejos Sistemas Béticos. Se levanta el Sistema Ibérico y todos los rebordes de la Meseta (Cordillera Cantábrica, Sistema Central, Montes de Toledo, Sierra Morena) que encierran depresiones que irán colmatando poco a poco. El actual Valle del Ebro y la depresión del Guadalquivir son brazos marinos que se irán rellenando poco a poco. La Submeseta Norte y Sur encierran zonas pantanosas que irán desecándose a lo largo de millones de años. Igualmente se ha hundido en el mar un macizo montañoso que ocupaba el Mediterráneo Occidental, siendo Menorca, Córcega y Cerdeña, restos evidentes. Más adelante (Eoceno) una etapa erosiva intensa colmató la depresión del Duero, Fosa del Tajo y Depresión del Guadiana, provocando una mayor acumulación de materiales en el Este peninsular, ya que entonces las tierras estaban inclinadas -al contrario de hoy- en aquella dirección. Finalmente se formó una penillanura, pero la isostasia mantuvo la altura por lo que el relieve terciario actual no es el originario, sino el resultado de dicho proceso isostático. También en la transición del terciario al siguiente período hubo una gran actividad volcánica, que se manifiesta en numerosas regiones españolas.



El Cuaternario acaba de modelar la España actual. Las glaciaciones cuaternarias crean formas de relieve glaciar (valles glaciares en U o en artesa, circos glaciares que han originado lagos como el del Estany en Pirineos Catalanes o en Sanabria, Zamora). A la vez la gelifracción produce la ruptura de rocas que forman los actuales canchales, a la vez que la solifluxión forma coladas de barro típicos del relieve periglaciar. También se acaba de colmatar la depresión del Guadalquivir y la basculación hacia el Oeste, hace que muchos ríos desemboquen en el Atlántico erosionando los sedimentos y sacando a ras de suelo los materiales antiguos primarios (caso extremeño, por ejemplo). La sedimentación de los ríos mediterráneos hacen posibles las llanuras aluviales costeras (La Plana, La Huerta de Valencia...).



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